martes, 24 de noviembre de 2009

El urbanismo, uno de los temas de interés

Breogán Gómez-Giráldez Pérez
Perito Judicial-Tasador Inmobiliario

En lo jurídico el urbanismo es tan farragoso que se debería simplificar la normativa, sería necesario definir con claridad y consenso previamente el modelo y desarrollarlo posteriormente. Las normas de edificación, generalmente contradictorias en reducidos espacios de cinco años, pueden mejorar con unos planes de ordenación estructurados y unos parámetros técnicos aplicables a su funcionalidad y bienestar de la ciudadanía.

El urbanismo, como técnica, no es más que la aplicación de unos criterios científico-sociales dentro de un marco jurídico y, en su consecuencia, fácil de resolver con la necesaria voluntad política y la participación o colaboración de los profesionales para alcanzar la viabilidad económica del desarrollo integral de la ciudad con sus correspondientes servicios y buena seguridad jurídica permanente, que puede alcanzar el mayor grado estético según la capacidad creativa de quienes lo diseñen.

No cabe duda de que estamos en un momento crucial para el urbanismo en nuestra ciudad, sobre todo debido a la crisis económica-financiera. Desgraciadamente el Plan General de Ordenación Urbana de 1.993 se ha mostrado como una herramienta ineficaz para establecer el desarrollo urbanístico del término municipal. Ello se ha debido a causas fundamentales como la inseguridad jurídica que ha dado lugar a sentencias en contra y a la anulación de numerosas actuaciones urbanísticas que todos conocemos, por lo tanto se ha comprobado que numerosas previsiones del Plan eran irrealizables, debido en parte a la falta de un Estudio Económico-Financiero serio y riguroso. La consecuencia de todo ello ha sido que numerosas bolsas de suelo de la ciudad no hayan sido desarrolladas, lo que dificultó enormemente el proceso constructivo por la falta de solares edificables, y como consecuencia repercutiendo negativamente en el precio final de la vivienda.

Por otra parte la no materialización de las previsiones originó un déficit acuciante en materia de infraestructuras, zonas verdes y dotaciones. Resolver todos esos problemas ha sido objetivo primordial del nuevo Plan General y de la nueva Corporación Municipal, que después de la formación de gobierno se puso manos a la obra, sin más dilaciones, para su aprobación, intentando obtener el mayor consenso posible, cosa harto difícil por la oposición de sectores implicados en el urbanismo y .por el voto en contra que se dio en el Pleno correspondiente a su aprobación.

Vigo necesitaba sin más demora un nuevo Plan General que diera cumplida respuesta a las exigencias y a los retos que planteaba una ciudad con vocación de liderazgo. La ciudad locomotora de la economía gallega, el mayor espacio urbano de nuestra comunidad y la principal baza que en la actualidad tiene Galicia para posicionarse como territorio competitivo dentro de la Euro-Región que nos une con el Norte de Portugal.

Las enormes posibilidades de Vigo venían y vendrán dadas por la existencia de un modelo claro de desarrollo urbano. Los continuos debates y polémicas, la mayoría innecesarias que se generaron y están generando, están provocando o dando la sensación de un desorden urbanístico cada vez mayor y la inseguridad de los sectores productivos, que ven limitados sus deseos de expansión en una ciudad que prácticamente no está desarrollando el suelo edificable y que, en el actual estado de las cosas, no ayuda al desarrollo de nuevas infraestructuras y equipamientos estratégicos. Sin olvidar, claro está, a los principales perjudicados por la situación, los propios vigueses.

Hace unos escasos años no existía otro proyecto más necesario para Vigo, ni otra prioridad mayor que la de diseñar esa herramienta clave para el desarrollo presente y futuro de la ciudad. Un planeamiento que estableciera un modelo claro de coherencia territorial, que potenciara las cualidades específicas de Vigo, que permitiera que la ciudad continuara siendo la gran metrópoli del sur de Galicia y uno de los espacios más dinámicos del noroeste peninsular.

El nuevo Plan tuvo que abordar sin titubeos las asignaturas pendientes de Vigo desde el punto de vista urbanístico, teniendo muy presentes cuestiones de especial sensibilidad, como la apertura de Vigo cara al mar; las relaciones entre la ciudad y el puerto; la integración urbana y funcional del urbe con su entorno metropolitano; la recuperación del casco histórico; la situación de Vigo como pieza clave de las relaciones entre Galicia y Portugal; garantizar el desarrollo de los principales sectores productivos como los del automóvil, pesca y congelados; la reserva de suelo industrial y la delimitación de las nuevas infraestructuras viarias y de equipamiento, sin olvidar el destinatario último que es el ciudadano.

Por otra parte, creo que recoge la idea de desarrollo sostenible que es o debe ser algo irrenunciable en cualquier planeamiento, y pienso que Vigo, desde su posición privilegiada, debe aprovecharlo y desempeñar su papel de líder. Sin renunciar a su carácter marcadamente industrial, la consecución de una ciudad mejor pasará necesariamente por el aprovechamiento de los recursos medioambientales y paisajísticos, de los que Vigo está especialmente bien dotado.

Pienso que se entiende que estoy hablando, en definitiva, del modelo de ciudad, de convivencia, de desarrollo y de oportunidades de futuro que deseamos para nosotros y nuestros hijos. Conviene no perderse demasiado en trifulcas y en las "alturas" y sacar adelante, de una vez por todas, esta ciudad, porque está en nuestras manos desarrollar el Vigo del siglo XXI.

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